El niño o niña, al formular una pregunta no siempre busca la misma respuesta. Sus motivaciones pueden ser muy diversas y éstas dan distinto sentido a la contestación deseada. Su curiosidad puede venir provocada desde diversos niveles de su personalidad.
Niveles que él no sabrá expresar verbalmente, pero que dejará traslucir en sus actividades y comportamientos siguientes.
Cuando no ha encontrado la respuesta deseada, se retraerá, tal vez adopte el silencio como norma posterior. Si continúa preguntando insistentemente, incluso sin perder atención a la respuesta, sus elementos emocionales se están poniendo de relieve y no ha encontrado aún su cauce adecuado, hay que continuar el diálogo. Si se encuentra tranquilo y pasa a otra tarea, de momento recibió la respuesta que necesitaba.
Toda pregunta infantil tiene en primer lugar un sentido principalmente intelectual. El niñ@ busca y necesita información sobre lo que desconoce, sobre lo que no conoce o sobre lo que conoce ya, necesita contrastarlo y confirmarlo.
En un segundo nivel de significación pone de relieve en sus preguntas un componente emocional. El niñ@ en cada momento es fruto de un diálogo entre él y su ambiente y en ese ambiente ocupan un lugar de excepción las personas. Se influye en él más por lo que somos que por lo que decimos. Cuando el niñ@ pregunta desde ese componente emocional necesita encontrarse con ese clima de confianza, de aceptación, de seguridad afectiva. Es importante que pueda tener sus experiencias e inquietudes en un diálogo con adultos ya que su componente emocional se descarga o aligera mediante la respuesta de éstos.
Por último en un tercer nivel de significación el niñ@ realiza las preguntas por una exploración de las relaciones interpersonales. A través de ellas el niñ@ intenta manejar o explorar a las personas que le rodean, principalmente de dos modos: poniendo a prueba la confianza que le merecen los adultos y preguntando con una intención encubiertamente agresiva con la “sana“intención de ponerlos en un dilema.
Para los padres responder a las preguntas del niñ@ puede ser más o menos grato. En la etapa del” ¿Qué es?” o en la del “¿Por qué?” no se ve nunca el fin de la sesión. Pero la experiencia es importante para él, porque le proporciona las respuestas, que si se producen, continuará estimulando su necesidad de informarse y de conocer.